2010
Café-Concierto El Molino
Ocio Puro, SA
Vila i Vilà 99, Barcelona
Fotografía © Rafael Vargas
El proyecto de reforma de El Molino proponía imprimir un nuevo carácter al espacio basado en el respeto estético y funcional de las futuras obras escénicas que se llevaran a cabo. Una estética pulcra, de volumenes y planos límpios, más relacionada con lo futurista que con lo retro o kitsch que aluda a lo antiguo.
A destacar, la cromática del marco escénico dorado retroiluminado, que genera un halo de luz difusa, incluyendo bambalinón y rótulo recordando su pasado, pero con una línea acorde con la estética funcionalista del espacio.
Las ingeniosas aplicaciones con leds y los diversos juegos de color que asume la iluminación, hacen que la luz sea la principal protagonista, responsable de personalizar la estética y ambientación de cada momento y de definir las líneas espaciales. Un espacio oscuro (negro) con elementos puntuales como los laterales retroiluminados que posibilitan el control del cromatismo y la intensidad lumínica para el uso del espacio. De esta manera, se subordina la decoración al servicio del espectáculo, tanto en el propio escenario como en su entorno.
En la sala de platea se han estudiado varias configuraciones del uso de la sillería que nos lleva desde el café-concierto con sus correspondientes sillas y mesas que permiten la restauración, a un foro generado por sillas en bancada, sobre un pavimento de tarima de madera de roble negro. La sillería tapizada en rojo y con el logotipo “El Molino” insertado en cristalería dorada de Svarowsky también nos aproxima a la estética de los Music halls. La sala de platea incorpora una barra de bar acabada en mármol negro y un frente botellero con estantes de cristal iluminados por el canto.
El Golden Bar situado en la planta tercera es independiente de la sala principal. Nos transporta a una cocktelería donde sus revestimientos de gresite dorado arropan con sus brillos a una barra prismática de mármol negro iluminada cenitalmente de forma sutil. Se equipa también el espacio con un gran sofá tapizado en capitoné rojo, unas mesas y unos pufs igualmente tapizados en capitoné rojo, que garantizan el confort de la estancia.
Complementan el espacio un mural fotográfico de Josep Ribas, con la imagen en blanco y negro de la vedette Christa Leem y un listado en tipografía dorada recordando todos los personajes que históricamente actuaron en el antiguo Molino. Dos paramentos laterales aplacados en cerámica negra que soportan dos siluetas de plancha dorada de gran dimensión que, a modo homenaje, recuerdan la figura de Carmen Amaya y Joséphine Baker.